CILINDROS ORIENTALES____________________________________
Los cilindros grabados recogidos por los exploradores de la Mesopotamia, eran los se- llos que empleaban para firmar los caldeos y los babilonios quienes para tenerlos a mano los llevaban consigo, pendientes de un cordón cosa que llamó mucho la atención
de Heró- doto. En el momento actual se conocen unos tres mil doscientos, se encuentran distribui- dos en el Museo Británico, la Biblioteca Nacional de París, el Louvre y unos quinientos en colecciones particulares. Son en su origen pedazos de roca arrastrados por la corrientes de las aguas las cuales les dieron forma cilíndrica, que luego
perfeccionaron los hombres a quienes la viveza de su color, su grano de tonos blancos, negros, rojos o azules, y su trans- parencia debierón mover a recogerlos para hacer con ellos adornos, a los que los orienta- les tuvieron mucha unción. A fin de utilizar estas piedrecitas las grababan en hueco, po- niendo la imágen de un dios o su símbolo,
con que quedaba convertido en un talisman; y así, cuando un caldeo o un babilonio sellaba con su cilindro, hacía a la divinidad en él que representaba testigo y garante de su voluntad. La piedra sola ya tenía carácter talismáni- co por las virtudades magicas que se le atribuían cada caldero tenía un sello que le distin- guía entre sus contemporáneo,
y que era la representación constante de su persona y de su voluntad. La gente pobre se contentaba con estampar sobre la arcilla húmeda la huella de la uña, de cuyas huellas se reconocen muchas en los ladrillos escritos que contienen contratos. Las piedrecitas recogidas en los rios tienen por lo común forma ovoide; por me- dio del frotamiento se le
ha dado forma cilíndrica, y de aqui el nombre con que la designa los arqueólogos. Están los cilindros taladrados por su eje, y los pocos que no lo están se suponen que son piezas sin acabar. Dicho taladro, indudablemente, tuvo sólo el fin de sus- pender el cilindro para llevarle, pues para estampar sobre la arcilla húmeda la imágen e inscripción grabada
en él por medio de la revolución del mismo, es menester poner a éste una montura de metal, como hoy les ponen los arqueólogos para estampar sus inscipciones y poderlas leer. De este modo se obtiene sobre una superficie el desarrollo completo del grabado del cilindro; pero los antiguos caldeos debieron desconocer este sistema, pues en los ladrillos solamente
se ve impresa una parte pequeña del cilindro, lo que contenía el nombre, y sólo por medio de varias estampaciones aparece en algunos ladrillos todo o casi todo el grabado de un cilindro. Unicamente se conoce un ladrillo que se estampado de una vez todo el grabado de un cilindro fue descubierto por la Layard en Koyundjik. El taladro en cuestión sólo serviría
quizás para pasar un cordoncito aunque es de advertir que en al- gunos cilindros se han encontrado restos de monturas cilíndricas, más no de la forma que hoy se les ponen, pues consisten en un trozo de hierro que lleva por un lado un asa y por el opuesto está remachado. Las circunstancia de haberse encontrado algunos cilindros calde- os junto al hueso de la
muñeca de algunos cadáveres, a inducido a creer que, en cierta é- poca, debió llevarse el cilindro suspendido de la muñeca. Los Acirios no debieron adoptar esa moda, pues no se les ve aparentemente los cilindros en los bajos relieves que tan mi- nuciosos son en los detalles de adorno indumentario, de donde se cree que debian llevarlos colgados del cuello y
escondidos entre las ropas para mayor seguridad. Las piedras esco- gidas para los cilindros en el primer Imperio caldeo, son el pórfido, el basalto, los mármo- les ferruginosos, la serpentina, la sienita y la hematita. A fines de ese período histórico se buscaron materias más duras, como los jaspes, las diferentes especies de ágatas, ónices, calcedonias, cristales
de roca, granates, etc, materias que exigían el empleo de un polvillo sacado de un cuerpo más duro que facilitara el manejo del punzón; dicho polvo debío ser de esmeril, que suministraban en abundancia las islas del Archipielago, de donde le reco- gían los fenicios. Las figuras de los cilindros más antiguos parecen esqueletos; son como esbozos o trazos sumarios de
la figura humana, en lo cual se reconoce muy bien las dificul- tades que entonces ofrecían aun el procedimiento. Por el contrario, son verdaderos mode- los de habilidad técnicas los grabados en piedras finas de la Mesopotámia hechos en el si- glo VII A. de J.C. En cuanto de los asuntos representados en los cilindros, son casi siem- pre los mismos. Los caldeos ponían una escena
de adoración a los Dioses Anu o Samas, o a la Diosa Istar, a los cuales renovaba su piedad y su fe el caldeo que imprimía su sello so- bre cualquier documento. Otras veces se ve una divinidad luchando con un toro o animal fantástico, y hasta se ha creido ver la representación de un sacrificio humano.
Los cilin- dros asirios ofrecen análogas escenas de adoración, en que el oferente suele ser un rey que está delante de un altar. Se conoce algún cilindro histórico: tal es el que lleva el nom- bre de Ursana, rey de Musair, adversario de Sargón, que figura en la colección del Gabi- nete del Haya.
La mayor parte de los cilindros de procedencia asiria son de piedra fina, calcedonia u ónice. En ellos se hallan símbolos que no hay en los de la Caldea primitiva; el árbol sagrado, el globo alado, los genios con cabeza de águila, etc. No todos los cilindros caldeos y asirios llevan inscripciones; pero éstas son, sin embargo, muy frecuentes. Estas inscripciones están trazadas en
en caracteres cuneiformes, y ocupan registros verticales o aparecen en líneas horizontales entre las figuras. Después de la caída de Nínive, durante el tiempo del segundo Imperio caldeo, persistió el uso de los cilindros; pero los de ésta é- poca ofrecen poca variedad; el asunto más corriente es un hombre en pie ante dos altares, uno sustentando el disco solar y otro la Luna.
Estos cilindros no llevan inscripciones por lo común formando excepción entre ellos los que las llevan arameas. También hay cilindros fenicios, algunos con figuras de divinidades egipcias e inscripciones en caracteres cunei- formes; otros con imágenes asirias e inscripciones en caracteres fenicios. Los primeros se tienen por falsificaciones debidas a los sindianos, y los segundos
por cilindros asirios o persas en que los fenicios hacían grabar sus nombres. En Chipre también se han descu- bierto cilindros; pero son de trabajo en extremo bárbaro y contienen figuras y adornos.
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ARAMEA (Lengua): Idioma hablado en el país de Aram, nombre que los primitivos hebre- os le dieron a Siria, y significa grande o alto; luego se extendió esta denominación a los países situados a uno y otro lado del Eufrates. Según algunos historiadores era un dialecto
de los judios contemporáneos a Jesucristo; según otros el arameo era hablado por altos funcionarios de Asiria y con él tiene el árabe más semejanza que con el hebreo.
Los filólo- gos dan el nombre de lenguas arameas a una rama del grupo semítico (de los semitas, fa- milia de pueblos asiáticos originarios del N de arabia) que comprende dos dialectos, el cal- daíco y el siríaco. Desde el punto de vista gramatical, se diferencia el arameo del árabe y del hebreo por el menor número de vocales que usa para la formación
de las palabras. En hebreo, por ejemplo, se dice qatal (ha muerto), en árabe qatala y en arameo qtal. Las for- mas de los nombres y las formas de las conjugaciones son asimismo menos numerosas. El artículo no precede a la palabra, sino que va al fin representado por un alef que es junta- mente la letra característica del género femenino. El léxico
arameo es más pobre que el hebreo, pues en la Biblia, por ejemplo, donde el hebreo emplea cuatro o cinco sinónimos, el traductor caldeo o siriaco se ve obligado a repetir igual número de veces la misma palabra.
CUNEIFORMES adj. Antigua escritura de los persas, medos y asirios que combina signos en forma de cuña y de punta de lanza
HERÓDOTO (Halicarnaso, 484 a.J.C. -Turio, Ciudad actualmente desparecida, al SE de la Calabria actual, 420 a.J.C.-). Historiador griego llamado el Padre de la Historia. Su obra es la primera de las obras de la antigüedad escritas en prosa de que tenemos noticias. Su nueves libros de historia constituyen
una epopeya en la que el tema central es el encuentro de las civilizaciones griega y persa. (Comienzan el s.I a.J.C.).
SARGÓN II Rey de asiria (722-705 a.J.C.). Destruyó el Reino de Israel (Toma de Sama- ria, 721), deportó a su población y venció más tarde a los egipcios (720) en Qarqar y Rafia al sur de Gaza. Bajo su reinado se construyó cerca de Níneve el palacio de Dur Sarrukin (actual Jarsabãd).
SINDIANOS pl. m. Pueblo del Cáucaso. Habitaban en el país que le dieron el nombre de Sindica, situado entre la extrimidad N.O. del Caucaso y que hoy es la península de Taman.
Idolos y Fetiches Primitivos
Revancha de los Primitivos
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y Contemporáneos)
La importancia del Escarabajo
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